Icono menú

NOTICIAS

Blog

Salir de nuestra zona de confort o pensar en generar cambios para nuestra vida o nuestro trabajo, con frecuencia nos genera miedo e incertidumbre, y es que para muchos de nosotros es más fácil continuar haciendo lo que de alguna u otra manera sabemos hacer, que arriesgarnos a hacer algo nuevo.

Esta palabra “cambio” está relacionada con mi experiencia al ingresar a la organización Mercy Corps. En algún momento de mi vida, mi mente no contemplaba arriesgarse y menos en lo laboral. Me sentía muy cómoda haciendo mi trabajo, lo hacía bien y adicionalmente, sabía que desde mi rol profesional aportaba a muchas familias en mi municipio. Hasta que un día, esa cabeza que no contemplaba ese cambio, sabía que lo necesitaba, lo pensaba, lo comentaba pero no actuaba. Era evidente que tenía que empezar a dar pasos firmes, y uno de esos pasos con Mercy Corps, al postularme a una de sus convocatorias. Tenía muchas expectativas frente al trabajo que desarrolla en el municipio de Tibú, pero con incertidumbre de cómo sería el proceso de selección.

Ser seleccionada en este proceso afloró en mí sentimientos de alegría, temor y confusión, era el momento de dar otro paso más, y así fue que decidí formar parte de la familia Mercy Corps a través del programa #ProTierraTibú. 
Esta sería una nueva etapa profesional, afrontar el tan anhelado cambio. Ese que para muchos de nosotros es difícil contemplar. Y es que si para muchos es difícil optar por un cambio de look, ahora imagínese uno laboral.

Fue así como decidí afrontar mis miedos y darme cuenta que los cambios son necesarios en muchos aspectos de nuestra vida. Sin embargo, es inevitable que al momento de afrontar nuevos retos y nuevas experiencias, nos preguntemos si tomamos una buena decisión o si hicimos lo correcto. Yo definiría hacer lo correcto, cuando sentimos que lo que hacemos nos apasiona, nos motiva y nos permite ayudar a los demás.

Desde hace un año, formo parte de Mercy Corps y del programa #ProtierraTibú, el cual  ha aportado en mi crecimiento personal y profesional. He conocido y aprendido mucho más sobre la extensión y las dinámicas de nuestro municipio. Me ha permitido desarrollar otros espacios profesionales, aportar al desarrollo del territorio y de muchas familias. Además, me ha enseñado a creer que los buenos somos más, a ponerme en los zapatos del otro, a entender que estamos al servicio del otro y me ha dado la oportunidad de conocer grandes compañeros de trabajo.

Aprovecho este espacio para agradecer a aquellas personas que desde cada territorio estamos dispuestos a continuar aportando al desarrollo del país y con la firme convicción de creer que un mundo mejor sí es posible.
El camino es perfecto y los pasos son firmes.
 

Regresar