Nuevos senderos de vida
Avanzando El FuturoEl 27 de septiembre de 1987 ocurrió la tragedia de Villatina, en la Comuna 8 de Medellín, donde el lugar quedó “cubierto de maleza, olvido e invasión”. Se habla de la posible explosión de caletas de grupos armados de la zona, donde más de 500 personas perdieron la vida.
José Joaquín Calle tenía 14 años de edad al momento de la tragedia, en la cual perdió amigos, familiares y conocidos; quedando prácticamente solo y desamparado. Durante años, José se sintió desprotegido por un estado débil, donde siendo sólo un niño, terminó en las calles y poco a poco se fue involucrando con grupos al margen de la ley.
En el 2003 comienza el proceso de paz con las autodefensas en la ciudad de Medellín, en busca de “la construcción de un camino de paz y de reconciliación”. Y aunque se presentaron varios obstáculos, entre ellos la desconfianza y los estereotipos generados por la comunidad, José se dedicó a reconstruir las memorias históricas enterradas, entre ellas la de Camposanto. Donde por medio de “recuperación física y memorial de la memoria histórica de la tragedia de Villatina”, hoy muchas personas que estuvieron dentro de los círculos de violencia, se encuentran desarrollando actividades para el bien de la comunidad.
Él junto al resto de miembros de Camposanto, recibieron por parte de Mercy Corps talleres de educación financiera y de emprendimiento, lo cual les permitió aprovechar de manera sostenible todos los recursos que tenían a su disposición.
Gracias a esto, las personas partícipes de la Corporación Camposanto comenzaron a limpiar el espacio; construyeron caminos y senderos, comenzaron con la siembra y producción de alimentos, generando un nuevo proyecto de vida a partir de las unidades productivas.
Entre las transformaciones que han logrado, se encuentra la recuperación del hoy llamado el Cerro de los valores, un lugar que “era una trinchera, un lugar oscuro, un lugar de miedo, de zozobras. Ahora usted siente pájaros, siente un ambiente de tranquilidad, siente el ruido del aire”.
José Calle le abrió las puertas a los jóvenes que se encontraban en “zonas de alto riesgo de los grupos armados y delincuenciales”, construyendo de la mano de ellos, proyectos integrales como el reciclaje; donde han comenzado a culturizar a la comunidad, para que luego de la recolección de los residuos, se llevará a cabo su respectivo tratamiento.
Por otro lado, con la construcción de huertas han buscado su seguridad alimentaria, las cuales les sirvieron de apoyo en la época de la pandemia. “Buscamos como hacer nuestra propia lechuga, el tomate; pues si no viene comida nosotros estamos asegurando lo de nosotros, lo del equipo de trabajo.”
Igualmente, la pandemia sirvió para reforzar la importancia del trabajo que venían haciendo en Camposanto, pues su trabajo nunca paró, y en caso de haberlo hecho, es posible que más de 25 toneladas de residuos hubieran terminado por completo en el relleno sanitario. Además, más de 20 familias habrían hecho parte del desempleo de nuestro país.
La Corporación Camposanto ha venido construyendo una labor de cambio y empoderamiento, buscando día a día seguir creciendo y llegando a más personas. Es por eso, que José Calle sueña con un cambio en nuestra sociedad, en donde no solo se sensibilice a las personas en torno al cuidado del medio ambiente, sino que también se reconozca la labor que por años han venido realizando, dignificando el oficio y a las personas que hacen parte de él.