Siempre he pensado que la vida se mide por todas aquellas experiencias que te ayudan a aprender, cambiar y crecer, y que los retos, dificultades, tristezas y alegrías no son más que escalones que te llevan a lo que serás a futuro.
Y es que hablar sobre cómo Mercy Corps ha influido en mi y la hermosa experiencia que ha sido pertenecer a este gran equipo, es hablar de uno de los escalones más significativos de mi vida.
Dicen que la vida y todos sus sucesos van preparándote, pero cada acontecimiento termina demostrándote que tal vez no estabas lista del todo, y son esos momentos en los que te levantas, te pruebas a ti misma y das todo de ti. Al final, la carrera en la vida debe ser contigo misma, con ser mejor que ayer, y convertirte en la mejor versión de ti cada día.
Y fue así como me sentí al llegar a Mercy Corps. Un cúmulo de emociones que se adueñaron de mi mente y de un corazón ansioso que quería demostrarle al mundo de qué era capaz. Con miedos, la mente llena de desafíos, pero un corazón aguerrido que nunca se da por vencido y un espíritu que quiere aprender día tras día, afronté retos para los que, si bien no me sentía del todo preparada, confiaba en que la mujer en la que me he convertido llegara a afrontarlos y resolverlos uno a uno.
Y es que esto ha sido más que un trabajo o una aventura, ha sido descubrirme a diario, hacer cosas que no creía que haría tan bien, y experimentar otras a las cuales antes tenía algo de miedo, pero hoy me llenan de emoción y alegría. Volar por primera vez, estar en campo en otro lugar lejos de mi hogar, subir un cerro, caerme muchas veces y ensuciarme hasta más no poder, y conocer personas maravillosas que han dejado huella en mi desde el primer momento.
Una experiencia llena de amor a mi profesión y un choque con la realidad, al ver personas que con fortaleza, determinación y esperanza llegaron a este país, tratando de alcanzar una mejor vida, de realizar sus sueños y poder tener condiciones dignas para poder desarrollar sus proyectos de vida.
Ver la mirada de esperanza y la fuerza con la que cada una de estas personas ha seguido adelante me inspira, no sólo a dar lo mejor de mí y contar sus historias, mostrar sus vidas y sueños, si no, a aportar de cualquier forma, granos de arena para un mundo más justo y digno.
Mercy Corps, más que un escalón maravilloso en mi vida y crecimiento personal se ha convertido en una pieza clave que está formando una mejor versión de mí. Creo que el impacto positivo no es sólo con todas aquellas personas que se benefician de nuestros proyectos y programas, si no, con cada uno de los que hacemos parte de esta gran familia de colaboradores llamada Mercy Corps.