Reciclando una nueva vida
VenEsperanzaLuz Enelvis Maestre, tiene una voz que delata su carisma y energía. En la llamada se puede sentir el calor y el cariño con el que afronta su nueva vida. Parece que fue ayer, pero hace dos años junto a su mamá, su esposo y sus dos hijas emprendió su camino desde Varga, Venezuela hasta Riohacha, Colombia, dejando atrás al resto de su familia, amigos y vecinos.
Al igual que muchos, de los 2.4 millones de venezolanos que han migrado a Colombia, esta llegada no ha sido nada fácil. No sólo por el hecho de tomar la decisión de dejar todo atrás, si no por el reto al que se enfrenta, en un país sin conexiones, sin familiares y donde millones de colombianos desempleados también están buscando salir adelante, es sólo para valientes.
Luz Enelvis lo tiene claro “para nadie es un secreto que es muy difícil encontrar un trabajo, incluso para la gente de aquí, que está desempleada o que tienen trabajos informales. Imagine lo que nos queda a nosotros, que llegamos aquí sin nada”.
Y llega entonces, la necesidad, que es lo que nos mueve a todos a hacer lo impensable. Fue lo que la impulsó a Luz Enelvis a buscar alternativas para conseguir ingresos. Así descubrió el reciclaje. Empezó a recorrer las calles de Riohacha recolectando lo que otros desechaban.
De un momento a otro, la búsqueda de reciclaje paró. Por la pandemia, tuvo que detener su trabajo, inicialmente porque los depósitos de chatarra donde la vendía habían cerrado. Pero luego la invadió el miedo de “traer algo de fuera, de traer una enfermedad a casa”, por eso prefiere quedarse en casa cuidando y protegiendo a su familia, así los recursos disminuyan cada vez más. Sin embargo, muchos de sus compañeros recicladores de la asociación a la que pertenece, se han visto en la necesidad de salir a trabajar para conseguir el sustento diario.
Luz Enelvis ha corrido con suerte, sus vecinos le han brindado una mano cada vez que lo ha necesitado. Además contó con la ayuda de Mercy Corps, la cual le ha permitido comprar comida, pagar el alquiler y algunos servicios públicos. Para ella su manera de hacer rendir los recursos y que pueda brindarle una mejor vida a su familia es cuestión de “Magia. Cuando tienes hijos haces magia.”- afirma Luz Enelvis.
El trabajo y la parte económica no han sido los únicos obstáculos que han tenido que enfrentar, la comunicación con su familia en Venezuela al principio era complicada, pues debía ir a lugares donde se pudieran hacer llamadas internacionales y en muchos casos por el cierre de las empresas de comunicación en Venezuela, no lograban contactarse con sus familiares. Gracias a su vecina, pudo comprar un celular a 12 cuotas y con él puede hablar por WhatsApp con su familia, amigos y vecinos.
Por el confinamiento, el internet se ha convertido para ella en una herramienta esencial y gracias a su vecina que se lo comparte, ha logrado no sólo comunicarse, sino también seguir con la educación de sus hijas “porque ellas se están educando desde casa y todos los trabajos se envían por internet”.
Desearía poder salir y volver a su trabajo reciclando, pero reconoce que “ si cuidamos de nosotros, cuidamos de los demás” y por ahora eso la ha mantenido convencida de que quedarse en casa es la mejor decisión. Sabe que la situación es difícil, pero tener la ayuda de Mercy Corps le ha permitido cuidarse y cuidar a los suyos. Su futuro es incierto pero como dice ella seguirá haciendo magia para salir adelante.